Un kit que alimenta la imaginación

¿Qué hicimos?

El reto fue crear un kit especial que no solo entregara productos, sino que generara una experiencia tangible y memorable para las familias. El objetivo es mostrar cómo la creatividad y la innovación pueden convertir lo cotidiano en un momento extraordinario, reforzando la conexión entre McCormick, Play-Doh y los consumidores.

El concepto central fue “Alimenta tu imaginación”, una narrativa que combinó sabor, diversión y aprendizaje en un mismo espacio, demostrando que un kit puede ser mucho más que un conjunto de productos: puede ser un universo propio.

Construyendo una experiencia

El Kit Especial se diseñó como un todo integrado:

• Una mochila colorida y vibrante, con la personalidad inconfundible de Play-Doh.
• Una selección de productos McCormick pensados para estar presentes en momentos familiares.
• Botes de plastilina Play-Doh que invitan a explorar la creatividad sin límites.
• Una colección de tapas imantadas con letras, para convertir cualquier superficie en un tablero de juego y aprendizaje.

La experiencia no fue solo recibir un kit, sino abrirlo y descubrir que cada elemento estaba pensado para generar sorpresa, utilidad y diversión al mismo tiempo.

La magia está en los detalles

Lo que hizo especial este proyecto fueron los detalles detrás de cada decisión:

• Producción visual: mochilas amarillas con puntos de colores que crearon un efecto visual poderoso y alegre.
• Narrativa lúdica: las tapas con imán no solo eran accesorios, eran un recurso de juego creativo y educativo.
• Calendario “Alimenta tu imaginación”: una pieza editorial que reforzó el mensaje de manera práctica y estética.
• Curaduría estratégica de productos: cada item seleccionado sumaba valor, mostrando la versatilidad y cercanía de las marcas.

Estos detalles elevaron el kit, demostrando cómo una agencia de PR puede transformar un conjunto de productos en una experiencia inmersiva y memorable.

Los resultados fueron simplemente extraordinarios

El impacto fue inmediato: el kit se convirtió en una conversación en sí mismo, generando entusiasmo y reforzando la presencia de las marcas en la mente de los consumidores. No solo cumplió su propósito como herramienta de comunicación, sino que también se transformó en un ejemplo de cómo un kit de PR bien diseñado puede transmitir valores de marca, generar emoción y crear conexiones duraderas.

Al final, este proyecto nos recordó que los kits son experiencias en miniatura: pequeños mundos que, cuando se diseñan con intención y creatividad, dejan huella mucho más allá del momento de entrega.