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Transformamos un empaque cotidiano en un símbolo de generosidad y conexión emocional. En colaboración con Six Flags México, diseñamos una campaña de recolección de juguetes con el objetivo de crear una experiencia pública que movilizara a las familias a compartir alegría durante la temporada navideña. La idea fue simple pero poderosa: convertir el emblemático frasco de mayonesa McCormick en un contenedor gigante de sonrisas. A través de esta activación, buscamos reforzar el compromiso de la marca con las causas sociales, involucrando a la comunidad en un gesto tangible de solidaridad.
El estacionamiento de Six Flags se convirtió en el epicentro de esta iniciativa. Allí se colocó el gran frasco de mayonesa McCormick, especialmente decorado con motivos navideños, que sirvió como punto de entrega de los juguetes. Las personas que participaban podían intercambiar un juguete nuevo por un descuento en el acceso al parque, lo cual incentivaba la participación y reforzaba el espíritu de dar.
Los visitantes formaban una fila especial, donde el staff registraba su participación antes de que pudieran subir al pedestal para depositar su juguete en el frasco. En ese momento, se les ofrecía la oportunidad de tomarse una selfie y compartirla en redes sociales con el hashtag #ComparteMcCormick, reforzando la visibilidad y viralidad de la campaña.
Desde la implementación de un contador digital en tiempo real que mostraba la cantidad de juguetes recolectados, hasta la ambientación navideña del espacio, cada detalle fue planeado para generar una experiencia emocional y atractiva. Además, se liberó un comunicado de prensa y se gestionó cobertura en medios, lo que amplificó el alcance del mensaje.
La campaña no solo tuvo presencia física, sino también digital y editorial, con mensajes que conectaban la esencia del producto con los valores de solidaridad y comunidad. La entrega final de los juguetes fue a la Casa Cuna de la Paz, en vísperas del Día de Reyes, asegurando que la magia de la navidad llegara a quienes más lo necesitaban.
Más allá del número de juguetes recolectados, la verdadera victoria de esta campaña fue su capacidad de movilizar corazones. Familias enteras se sumaron con entusiasmo, la marca fue reconocida no solo como líder en su categoría, sino como un agente activo de cambio social. El frasco de mayonesa dejó de ser un simple contenedor de sabor para convertirse en un símbolo de generosidad colectiva.
Gracias a una estrategia de activación emocional y a una ejecución impecable, esta campaña se convirtió en un ejemplo inspirador de cómo una agencia de PR en México puede lograr un impacto profundo cuando se alinea la creatividad con un propósito real.
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