En el marco del festival Tecate Live Out 2018, nuestro objetivo era claro: diseñar una experiencia que conectara con una audiencia joven, alternativa y entusiasta del indie rock. Buscamos crear un espacio donde McCormick pudiera hacer match con este público de forma auténtica, integrando su identidad de marca con el espíritu vibrante del festival. Así nació el concepto McCormick Rock Jump, una serie de activaciones que iban mucho más allá de una simple muestra de producto: eran un llamado a vivir el momento y compartirlo.
Todo comenzó con un escenario. Uno donde los asistentes pudieran convertirse, literalmente, en estrellas del rock. Diseñamos una instalación que ofrecía tres experiencias inmersivas: Rock Jump, Energy Challenge y McCormickFan. Cada una estaba pensada para activar emociones, provocar sonrisas y generar contenido compartible.
En el Rock Jump, grupos de amigos formaban su “banda” sobre un escenario con trampolín incluido. En el momento exacto en el aire, una cámara capturaba la acción cenital mientras luces y efectos especiales como hielo seco le daban el toque épico.
Después, el McCormickFan Challenge ponía a prueba la pasión de los asistentes, enfrentándolos a un divertido reto: comer un elote con mayonesa McCormick lo más rápido posible. Solo los más rápidos pasaban al Energy Challenge, donde debían pedalear en bicicletas fijas para "llenar" un frasco virtual de mayonesa proyectado en pantalla. Una mezcla de esfuerzo físico, competencia amistosa y muchas risas.
Cada elemento fue planeado para reforzar el storytelling de marca sin romper con la estética del festival. Desde la ambientación del staff disfrazados como parte del equipo técnico de un concierto hasta los instrumentos que se usaban como props para la foto final, todo hablaba el mismo lenguaje: el de la diversión con identidad.
Las fotos personalizadas se entregaban tanto impresas como en digital, fomentando la amplificación orgánica en redes sociales. Los marcos digitales de cada imagen llevaban la marca de McCormick y estaban adaptados visualmente al look & feel del festival.
Además, los giveaways gorras y morrales de edición limitada completaban el journey del consumidor y extendían la experiencia más allá del festival.
El stand de McCormick se convirtió en uno de los spots más visitados y fotografiados del evento. Logramos posicionar la marca como parte natural del ecosistema del festival, generando una interacción memorable con el público y obteniendo una gran cantidad de contenido compartido en redes sociales. Más que una activación, fue un acto de branding experiencial que vibró al ritmo del público millennial más exigente.